Para celebrar el Día Internacional de las Montañas, un recordatorio de uno de los mas preciosos tesoros que ellas albergan, los Glaciares
viernes, 11 de diciembre de 2015
jueves, 10 de diciembre de 2015
Fucaia buelli, nueva ballena de 33 MA descrita en EE.UU.
Fuente
Vista al mar
Ha sido descrita por investigadores
de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda una nueva especie de ballena fósil
que vivía en el Océano Pacífico del Norte hace 30 a 33 millones años.
Nombrada Fucaia buelli por los
investigadores, es de transición entre las antiguas ballenas dentadas y las actuales
ballenas con barbas (Misticetos). Es una de las más antiguas ballenas barbadas
que se han encontrado y, con una longitud de unos 2-2.5m, también una de las
más pequeñas.
El fósil, que se recuperó de la
Península Olímpica, Estado de Washington, EE.UU., se describe en un artículo
recientemente publicado en la revista británica Royal Society Open Science.
El co-autor de artículo, Dr. Felix
Marx, dice que a diferencia de sus parientes las ballenas barbadas de ahora,
que usan barbas de peine para filtrar el krill del agua circundante, la Fucaia
tenía dientes bien desarrollados que utilizó para cazar activamente y masticar
a sus presas.
"Una vez capturada, la presa probablemente era aspirada profundamente en
la boca para tragarla, una técnica que en última instancia, puede haber dado
lugar a las barbadas y la alimentación por filtración en el moderno suborden
Mysticeti de las ballenas", dice el Dr. Marx.
El Dr. Marx y sus coautores, el Dr.
CH Tsai y el profesor Ewan Fordyce dicen que el fósil arroja nueva luz sobre
una de las grandes preguntas de la evolución de los mamíferos: Cómo, cuándo y
por qué las ballenas barbadas modernas pierden sus dientes.
Los dientes complejos en la Fucaia y
los distintivos patrones de desgaste, muestran que Fucaia probable masticaba su
comida. Largas filas de dientes y estrechamente espaciados en la mandíbula
dejan poco espacio para las barbas, pero hay algunos indicios de que Fucaia
quizá tenía las encías agrandadas.
"Creemos que Fucaia fue similar a los delfines modernos en la captura de
su presa usando sus dientes y quizá una fuerte alimentación por succión.
Probablemente permitió a las primeras ballenas pasar de un estilo de
alimentación a base de dientes a filtrar la comida, por lo que les permitió
capturar presas más pequeñas que los dientes solos no podían manejar",
dice el Dr. Marx.
Los investigadores señalan que la
alimentación por succión todavía se puede ver en la actual ballena gris.
"Este comportamiento puede haber llevado a la evolución de las barbas
desde las encías agrandadas, posiblemente como una forma más eficiente para
expulsar el agua que contenía la comida. A medida que la presa se hizo más
pequeña, los dientes se volvieron cada vez más obsoletos y, en última
instancia, se perdieron por completo en las modernas ballenas barbadas",
dice el profesor Fordyce.
¿Qué es?
Un fósil parcial de cráneo, dientes
y el esqueleto asociado de una pequeña ballena dentada, estimada en 2-2,5 m de
largo. Esta pequeña ballena era un individuo adulto, a juzgar por los huesos
fusionados en el esqueleto.
Fucaia lleva el
nombre del estrecho de Juan da Fuca, en honor a su origen a lo largo de las
costas de esas aguas. Su segundo nombre, Buelli, honra a los excepcionales
ejemplos de ballenas extintas producidos por el paleo-artista Carl Buell.
Fucaia pertenece
en un grupo extinguido bien conocido, la familia Aetiocetidae. (No hay ningún
nombre común para ese grupo, pero el significado es más o menos " ballena
del principio"). Estos animales son de transición entre las arcaicas
ballenas dentadas y las ballenas barbadas modernas.
El ejemplar procede del Museo Burke
de Historia Natural y Cultura, de la Universidad de Washington, Seattle,
Washington, EE.UU.
¿Cómo se alimentaba?
Fucaia
buelli fue
probablemente un cazador activo. Puede haber utilizado la aspiración para
"absorber" pequeñas presas con su boca. Patrones de desgaste en los
dientes indican que Fucaia utilizó sus dientes para asegurar y masticar sus
alimentos. El pequeño tamaño corporal sugiere que la especie tenía un rango
limitado y no migraba, como las grandes ballenas de los océanos modernos.
Fucaia buelli vivió a principios de
los tiempos del Oligoceno, hace unos 33-31 millones de años. En ese momento, la
región que es ahora la Península Olímpica estaba bajo el mar. A escala global,
esta fue una época de cambio climático. La tierra pasó de condiciones "de
invernadero" cálidas e incluso tropicales a condiciones más frescas
"Icehouse" que vio desarrollarse casquetes en la Antártida.
En el laboratorio el fósil fue
extraído de su matriz circundante utilizando cinceles neumáticos y ácido
diluido. La preparación se llevó a cabo en el Museo Burke de la Universidad de
Washington y de la Universidad de Otago, Dunedin, Nueva Zelanda.
Referencia
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Piotr Alekséyevich Kropotkin (1842-1921)
Piotr Alekséyevich Kropotkin, nació
en Moscú el 9 de diciembre de 1842 y murió en Dmítrov, el 8 de febrero de 1921,
fue geógrafo y naturalista, además de uno de los impulsores intelectuales de la
Revolución Rusa.
En 1874, expuso su teoría, según la
cual la capa de hielo de la glaciación había alcanzado el centro de Europa; una
idea que iba en contra del conocimiento convencional de la época. Su
proposición generó una polémica, que finalizó con su posterior aceptación por
la comunidad científica.
Otra gran contribución de Kropotkin
a la teoría de la ciencia geográfica fue su hipótesis sobre la desecación de
Eurasia como consecuencia del retroceso de la glaciación de la era precedente.
Todas estas ideas fueron concebidas
cuando aún no había llegado a cumplir 30 años, lo cual hacía presuponer un gran
futuro como investigador. El prestigio de su obra geográfica fue tan
considerable que fue propuesto como presidente de la sección de Geografía Física
de la Sociedad Geográfica Rusa. Pero Kropotkin no aceptó el nombramiento,
porque su interés se había volcado hacia las actividades revolucionarias.
En el otoño de 1871, hallándome ocupado en Finlandia, caminando lentamente a pie hacia la costa, a lo largo del ferrocarril recientemente construido, observando atentamente los parajes donde primero debieron aparecer las muestras inequívocas de la primitiva extensión del mar, que siguió al período glacial, recibí un telegrama de la susodicha corporación, en el que se me decía: "El Consejo os ruega aceptéis el cargo de secretario de la Sociedad." Al mismo tiempo, el secretario saliente me suplicaba encarecidamente que prestara buena acogida a la propuesta. Se habían realizado mis esperanzas; pero al mismo tiempo, otras ideas y otras aspiraciones habían invadido mi pensamiento. Después de meditar detenidamente sobre lo que debería contestar, telegrafié: "Gracias encarecidas; pero no puedo aceptar". P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
Más información
viernes, 4 de diciembre de 2015
Fauna terrestre de Gondwana – La historia de los animales más australes
Fuente: DICYT
Descubren fósiles de animales
terrestres de 270 millones de años que permiten reconstruir la historia de la
colonización de los continentes del Hemisferio Sur.
La hipótesis que clásicamente
manejaron los paleontólogos de vertebrados sobre el origen de las faunas
terrestres de Gondwana (actuales continentes del Hemisferio Sur) era que los
primeros tetrápodos (grupo al que pertenecen anfibios y reptiles) se originaron
y diversificaron en las zonas ecuatoriales de Pangea hace unos 300 millones de
años. A partir de ese momento se distribuyeron en los continentes del
Hemisferio Norte y más tarde invadieron los continentes del Hemisferio Sur. La
entrada de estos animales a los continentes australes de Pangea se demoró por
la persistencia de las glaciaciones en este hemisferio que hacían que el
ambiente no fuera tan favorable para su desarrollo.
Hasta el momento, casi toda la
información disponible del origen de los animales terrestres en el Carbonífero (hace
300 millones de años) y el Pérmico temprano -hace 270 millones de años-
proviene de una serie de localidades y afloramientos ubicados en la zona
ecuatorial de Pangea, en los actuales territorios de América del Norte y el
oeste de Europa.
Un estudio reciente publicado por la
revista Nature Communications reporta el descubrimiento de fósiles de animales
terrestres pertenecientes al Pérmico temprano en el actual territorio de
Brasil. Este trabajo aporta información inédita acerca de la temprana
diversificación y dispersión de los tetrápodos (grupo que incluye a todos los
animales vertebrados terrestres) en Gondwana. El hallazgo de esta nueva fauna
ayuda a llenar un vacío geográfico y temporal muy importante en la historia de
la vida en el Hemisferio Sur.
“Desde
el 2011 estamos trabajando en Brasil, específicamente en la cuenca de Parnaiba,
que ocupa actualmente parte de los estados de Piauí y Maranhão en el nordeste
de ese país. En los años ‘40 geólogos locales habían encontrado restos muy
fragmentarios de anfibios y peces en rocas del Pérmico temprano en la región.
Dada la importancia de estas rocas por su edad y que ya teníamos indicios que
contenían fósiles de vertebrados, el paleontólogo local, Juan Carlos Cisneros,
propuso hacer un proyecto multidisciplinario para su estudio y me invitó a mí
que soy especialista en tetrápodos basales a participar. Prospectamos los
afloramientos de la región que, a pesar de estar restringidos en medio de áreas
muy cubiertas de vegetación, fueron muy ricos. Este hallazgo es muy importante
porque son las primeras evidencias que tenemos sobre los primeros pobladores de
Gondwana y cuáles eran sus similitudes y diferencias con los animales que
vivían en las áreas más ecuatoriales de Pangea”, explica Claudia Marsicano,
investigadora Principal del CONICET en el Instituto de Estudios Andinos “Don
Pablo Groeber” (IDEAN, CONICET-UBA), profesora del Departamento de Ciencias
Geológicas de la UBA y una de las autoras del trabajo.
Marsicano agrega que la mayoría de
sus descubrimientos son recolectados en canteras de piedra, algunas abandonadas
y otras que están actualmente en uso en medio de la selva en los alrededores de
la ciudad de Teresina, capital del estado brasileño de Piauí. Las rocas de
color rojizo oscuro y se cortan para realizar los adoquines de las calles. Los
trabajadores de las canteras descartan las que no son parejas en color y estas
son las que en general tienen restos de fósiles que los investigadores buscan.
Los tetrápodos son animales
vertebrados que incluyen actualmente a los anfibios, los reptiles, los
mamíferos y las aves. En las rocas del Pérmico temprano de Brasil los
investigadores encontraron varios ejemplares de nuevas especies de anfibios
acuáticos: Timonya anneae y Procuhy nazarienis. Estos animales
pertenecen al grupo de los temnospóndilos, anfibios basales completamente
extinguidos y comunes en el período Carbonífero y Pérmico temprano en el
Hemisferio Norte. Junto con los nuevos anfibios también encontraron restos de
dos cráneos de un reptil basal, Captorhinus
aguti, totalmente inédito en Gondwana.
“Los anfibios que encontramos
pertenecen a taxones nuevos mientras que el reptil basal se conocía la misma
especie para el Pérmico temprano de Texas, EE.UU. Es decir que esta nueva fauna
que hemos descubierto en Brasil, a pesar que estaba mucho más al sur, en las
zonas tropicales de Gondwana, tiene algunos componentes comunes con las
ecuatoriales del Hemisferio Norte y otros totalmente nuevos. A partir de este nuevo
hallazgo, podemos trabajar sobre una nueva hipótesis acerca del origen y
dispersión de las faunas de tetrápodos en Gondwana: que a partir de su origen,
en las zonas ecuatoriales de Pangea, se dispersaron en los continentes del
norte y hacia el sur en Gondwana casi simultáneamente”, asegura la
investigadora.
Marsicano forma parte de distintos
proyectos que tienen como objetivo la búsqueda y prospección de vertebrados en
localidades poco exploradas del sur de Gondwana que puedan potencialmente
aportar información sobre la historia de los primeros colonizadores del
supercontinente. En este marco, hace un año lidera un proyecto financiado por
National Geographic Committee for Research and Exploration en el Pérmico
temprano del noroeste de Namibia. “Allí también
estamos encontrando mucha información, tanto de anfibios como peces,
potencialmente muy relevante ya que estaríamos en un área más al sur que la
nueva fauna de Brasil. Pero todavía estamos en una etapa de estudios
preliminares”, dice.
jueves, 3 de diciembre de 2015
Más de 250 Ballenas muestras en Aysen – Nuevos antecedentes
He aquí evidencia de que “científicos”
involucrados siempre supieron que las ballenas muertas eran más de 250, pero
solo informaron 30 ejemplares por intereses particulares.
Australerpeton cosgriffi, anfibio de 260 millones de años, que parecia un cocodrilo.
Un grupo de paleontólogos realizó un
nuevo y detallado análisis de una de las especies fósiles más interesantes de
Brasil: el Australerpeton cosgriffi, un pariente gigante de los actuales
anfibios que vivió en el período Pérmico, hace 260 millones de años. Pese a su
nexo con los sapos y las salamandras actuales, este animal de hasta 2,5 metros
de largo parecía más bien un cocodrilo, con su hocico delgado, que incluso
poseía escamas en su cuerpo.
Esta nueva descripción de la
especie, que hace hincapié en la peculiar morfología de su cráneo, salió
publicada en Zoological Journal of the Linnean Society, y su primer autor es
Estevan Eltink, quien cursó su doctorado en el Laboratorio de Paleontología de
la Universidad de São Paulo en la ciudad de Ribeirão Preto, Brasil, con el
apoyo de la FAPESP. Un trabajo anterior sobre fósiles recientemente
descubiertos de este animal salió en mayo de 2014 en Journal of Vertebrate
Paleontology.
Suscriben también el estudio Max
Langer, de la USP de Ribeirão Preto –quien coordina el Proyecto Temático
intitulado “El origen y la irradiación de los dinosaurios en Gondwana
(Neotriásico - Eojurásico)” y dirigió el doctorado de Eltink–, como asín
también Eliseu Dias, de la Universidad Estadual del Oeste de Paraná, Sérgio
Dias-da-Silva, de la Universidad Federal de Santa Maria (Rio Grande do Sul), y
Cesar Schultz, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.
Eltink comenta que el paleontólogo
Mario Costa Barberena, de la UFRGS (ya fallecido), recolectó los primeros
fósiles de la especie, oriunda de Serra do Cadeado, zona serrana del interior
de estado de Paraná, a lo largo de los años 1970 y 1980. Costa Barberena
realizó la primera descripción formal del A.
cosgriffi en 1998, abordando justamente el cráneo del animal. Otros trabajos
sobre ese material poscraneal (es decir, que va del cuello hasta la punta de la
cola) salieron en la década siguiente.
“Pese
a que era un animal relativamente bien estudiado, la descripción de Costa
Barberena era superficial y carecía de una revisión más profunda de la anatomía
y la comprensión comparativa de las estructuras”, dijo Eltink. Asimismo,
perduraba un misterio con relación a la posición de la criatura en el “álbum de
familia” de los anfibios primitivos.
Para ser más preciso, la especie pertenecía
al gran grupo de los temnospóndilos, animales que gozaron de un amplio éxito
evolutivo y colonizaron ambientes terrestres y acuáticos durante más de 200
millones de años hasta desaparecer (pero no sin que antes un subgrupo de éstos
les diera origen a los anfibios actuales, de acuerdo con la hipótesis dominante
entre los paleontólogos).
El A. cosgriffi es el temnospóndilo más completo que se haya
encontrado en América del Sur. Su hocico muy largo y fino –el término técnico
es “longirrostrino”, se asemeja al de animales que existieron en la región de
la actual Rusia.
Sin embargo, también existía la
posibilidad de que el animal tuviera una ligazón más cercana con temnospóndilos
contemporáneos de Sudáfrica, con morfología brevirrostrina, es decir, de hocico
corto. Ésta fue la duda que los investigadores intentaron despejar mediante el
análisis detallado de los cráneos de la especie descubiertos hasta ahora y de
la comparación de su morfología con la de otros temnospóndilos.
Cuestión
de oído
El análisis tuvo en cuenta un
conjunto de 221 características del grupo. Sin embargo, la más importante para
definir el lugar de la especie en el árbol genealógico de los anfibios
primitivos fue la morfología de la cavidad del tímpano, que ayudó a clasificar
a la criatura como pariente de las formas sudafricanas conocidas como
Rhinesuchidae.
“En
tanto, las formas rusas, representadas por los Platyoposaurinae, de
largirrostria [hocico alargado] bastante evidente, exhibirían esa
característica convergentemente”, dice Eltink.
Es decir, se trata de un caso típico
de evolución convergente, en el cual dos linajes de animales sin parentesco muy
cercanos se ven llevados por la selección natural a desarrollar adaptaciones
morfológicas muy similares.
La cuestión, por supuesto, es la
siguiente: ¿una convergencia con qué fin? Tanto el formato de la bocona del A. cosgriffi como su dentición sugieren
una dieta basada en peces, que también debe haber sido el caso de las especies
rusas.
Un animal moderno que recuerda
superficialmente a esa criatura es el gavial (Gavialis gangeticus), un cocodrilo de la India. En el caso de los
gaviales, se sabe que el hocico delgado reduce la resistencia del agua a los
movimientos del animal y le facilita así la captura de peces. “Pese a que los grupos son filogenéticamente
muy lejanos, la morfología general del cráneo es similar”, dijo Eltink.
“Vemos
que los hábitos piscívoros desembocan a menudo en una morfología craneal
bastante parecida. Entre los temnospóndilos, por ejemplo, esa morfología
apareció en tres linajes distintos: Archegosauridae, Rhinesuchidae y
Trematosauridae.”
“Cuando
observamos la historia evolutiva de los tetrápodos [todos los vertebrados menos
los peces] como un todo, el alargamiento del cráneo aparece convergentemente en
distintos linajes acuáticos y semiacuáticos. Por ende, esto parece ser algo
bastante plástico”, dijo el paleontólogo.
Resulta evidente que un predador de
este porte dependería de un escenario semiacuático igualmente grandioso. En la
época en que esta especie vivió, los continentes estaban agrupándose para
formar el supercontinente Pangea, con el cierre del pequeño mar que existía
entre lo que vendría a ser América del Sur y la futura África.
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