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martes, 10 de diciembre de 2013

CURIOSITY, APORTA NUEVA EVIDENCIA DE QUE MARTE PUDO ALBERGAR VIDA.

El análisis de una roca marciana prueba que el entorno era apto para que vivieran microbios. 


Marte albergó las condiciones adecuadas para la vida. Esa es la conclusión que se desprende del análisis de una roca marciana llevado a cabo por el robot de exploración marciana Curiosity, que actualmente estudia la superficie del planeta rojo.

“Una de las preguntas fundamentales de nuestra misión era si Marte pudo ser un entorno habitable”, ha dicho hoy Michael Meyer, el científico jefe de la misión de la NASA. “Por lo que sabemos ahora, la respuesta es sí”, aseguró el investigador.

El robot Curiosity ha triturado una roca marciana que encontró en el cauce de un antiguo torrente de agua y ha analizado sus componentes. Entre los minerales hallados hay azufre, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y fósforo. “El 20% de las muestras son minerales arcillosos”, ha dicho David Blake, investigador del instrumento CheMin. Estos minerales arcillosos se producen por la interacción de agua y ciertos minerales, según la NASA.

El “nuevo” planeta gris

“Si este agua estuvo allí y hubieras estado en el planeta, podrías haberla bebido”, aseguró John Grotzinger, otro de los líderes científicos de la misión, según New Scientist. “Hemos caracterizado un extraño y nuevo Marte gris, muy antiguo, en el que las condiciones fueron favorables para la vida”, añadió Grotzinger sobre el color de la tierra en el antiguo torrente donde Curiosity tomó y analizó las muestras.

Los científicos de la NASA creen que ese color puede ofrecer pistas sobre la presencia de vida en otros tiempos. En concreto, las muestras de Curiosity presentan una mezcla de minerales oxidados, a medio oxidar y sin oxidar, lo que podría proveer un entorno favorable para algunos microbios terrestres. Los primeros indicios saltaron cuando las muestras taladradas por el Curiosity resultaron ser grises y no rojas, señaló la NASA en un comunicado.

“La variedad de ingredientes químicos que hemos identificado en las muestras es impresionante”, ha dicho Paul Mahaffy, investigador principal del instrumento SAM del Curiosity, y ha añadido que algunos de esos compuestos podrían ser una fuente de alimento para microorganismos. Estos resultados serán ahora contrastados con otra muestra taladrada por el robot marciano.

Los datos presentados esta tarde, hora peninsular española, son un importante paso para la ambiciosa misión de la NASA, en la que España tiene una importante participación. De hecho el objetivo inicial del Curiosity era determinar si Marte tuvo alguna vez condiciones para albergar vida. Sus datos, junto a otros reunidos por muchas misiones anteriores, apuntan ahora a que en Marte pudo haber vida al igual que la hay en la Tierra.

[Fuentes]

viernes, 8 de noviembre de 2013

Planeta protegido

¿Es razonable preocuparse tanto por que los microorganismos terrestres pisen suelo marciano?


¿Necesita Marte protección contra nuestros microbios? Hasta ahora siempre se había pensado que sí. No en vano, los tratados de las Naciones Unidas sobre el uso del espacio exterior instan a los Estados a evitar «la contaminación dañina del espacio y los cuerpos celestes».

Algunos investigadores, sin embargo, discrepan de lo que consideran un celo excesivo. Argumentan que el planeta rojo bien podría arreglárselas solo sin necesidad de una normativa demasiado estricta que, en su opinión, obstaculiza numerosas investigaciones. Según Alberto G. Fairén, astrobiólogo de la Universidad Cornell, el coste de algunas misiones dedicadas a buscar vida «podría fácilmente llegar a doblarse como consecuencia de las prácticas de protección planetaria».

En un artículo publicado este verano en la revista Nature Geoscience, Fairén y Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, sostenían que las precauciones actuales no compensan el esfuerzo ni el gasto que suponen. A fin de cuentas, es probable que a Marte ya hayan llegado bacterias terrestres, bien a bordo de antiguos meteoritos o, más recientemente, en las sondas Viking, de la NASA. Además, si en Marte existiese cualquier forma de vida autóctona, esta se impondría con facilidad a los microbios invasores, no adaptados al entorno marciano.

Con todo, parece poco probable que la NASA cambie su forma de actuar. Catharine Conley, la responsable de protección planetaria de la agencia, lo explica así: «Para estudiar la vida en otros planetas debemos asegurarnos de que no estamos llevando material terrestre con nosotros». De otro modo, señala, se corre el riesgo de confundir los «polizones» con la vida alienígena.

El predecesor de Conley en la NASA, John Rummel, apunta que tanto las simulaciones como los experimentos sugieren que las bacterias procedentes de la Tierra sí podrían sobrevivir en Marte. «No conocemos todo lo que pueden llegar a hacer los organismos terrestres», concluye.

[Fuente]