Apodados así por su habilidad para
correr sobre el agua. Hace unos 48 millones de años, una especie “hermana” de
esta familia de reptiles que vivía en EE UU también parece haber tenido esta
habilidad. El hallazgo arroja luz sobre el clima tropical de EE UU durante la
época del Eoceno.
Imagen del cráneo escaneado de Babibasiliscus
alxi. / Jack L. Conrad
Los parientes modernos de los
lagartos “Jesucristo”, de la familia de los coritofánidos (Corytophanidae), viven en el área que va desde el centro de México
hasta el norte de Colombia, y gozan de temperaturas tropicales. El nuevo fósil
hallado en Wyoming, al norte de EE UU, y denominado Babibasiliscus alxi,
podría representar el primer miembro de este grupo de reptiles, que incluye a
las iguanas y los camaleones.
Jack Conrad, investigador en el
departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo Americano de Historia
Natural de Nueva York, destaca en PLoS ONE que la principal característica de
la nueva especie de lagarto era caminar sobre el agua. “Aunque no tenemos
evidencias directas de que este animal fuera en realidad capaz de correr por la
superficie del agua, al pertenecer a la familia de los coritofánidos pudo tener
esa habilidad”, dice a Conrad.
El grupo de los lagartos “Jesucristo”
incluye los géneros Basiliscus (que
son los que mejor caminan sobre el agua) y Laemantus,
que también lo hacen, “pero no tan bien”, confiesa el experto, quien añade que
el nuevo fósil es un taxón “hermano” de estos últimos.
"Si tu hermano puede correr sobre el agua y tu primo también, hay muchas
probabilidades de que tú también puedas hacerlo. Es el llamado horquillado
filogenético”, explica Conrad.
Un
resistente lagarto de ambientes tropicales
Babibasiliscus alxi fue el miembro más antiguo de la
familia de estos lagartos y demuestra que este grupo de reptiles "apareció
antes de lo que se pensaba”, asegura el investigador. “Es como encontrar una
foto de tu hermano gemelo y tú mismo de 1995. Eso quiere decir que tu gemelo
estaba vivo en esa fecha”, ilustra el paleontólogo.
En cuanto a sus características
físicas, Conrad subraya que se trataba de un reptil muy resistente. Prueba de
ello es la fractura de mandíbula que sufrió el individuo hallado y que se curó
a lo largo de su vida.
Además, el cráneo encontrado estaba
fuertemente construido, “lo que sugiere que pudo haber sido capaz de
aprovecharse de una amplia variedad de alimentos”, apunta el científico. El
fósil muestra pequeños dientes que le permitieron comer serpientes, otros lagartos,
peces, insectos y plantas, como hacen en la actualidad sus parientes modernos.
Sin embargo, el fósil fue hallado
muy lejos de donde suelen vivir ahora estos reptiles: en la América tropical.
“Durante mucho tiempo se pensó que estos lagartos se originaron en ese lugar y
que pasaron toda su historia evolutiva allí, pero esta nueva especie y otra
encontrada en Europa demuestran que la familia estuvo una vez mucho más
extendida”, indica Conrad.
El estudio revela que la zona donde
se halló el fósil tuvo el mismo ambiente tropical que donde viven los lagartos
actuales. “La formas modernas de estos animales están restringidas a los
trópicos, por lo que en el centro de EE UU las condiciones climáticas hace 48
millones de años pudieron permitir que estos animales sobrevivieran”, concluye
el investigador.
Referencia
- Jack L. Conrad. “A New Eocene Casquehead Lizard (Reptilia, Corytophanidae) from North America” PLoS ONE DOI:10.1371/journal.pone.012790 1 de julio de 2015
Fuente
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