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¿Quién ha pintado un pez conparaguas en el manuscrito original de “El origen de las especies”? por Lucía
Caballero (@Lulucille_)
Un pez con paraguas haciendo un “photobom”
- Foto: Cortesía del Museo de Historia Natural de Nueva York y la Universidad
de Cambridge
Un pez con paraguas y soldados
montados sobre zanahorias y berenjenas son algunos de los dibujos que los hijos
de Darwin pintaron en las páginas de “El origen de las especies”. El Museo de
Historia Natural de Nueva York ha digitalizado estos curiosos garabatos
incluidos entre las 45 hojas que se conservan del manuscrito original de la
obra.
“Las hadas de la montaña” cuenta la
historia de Polytax y Short Shanks, dos criaturas fantásticas que responden a
la denominación del título. Ambas han perdido sus alas porque otra de su misma
clase, pero de carácter malvado, se las ha cortado, y viajan de la luna al sol
a través de un rayo de luz.
En la estrella, los dos personajes
se encuentran con diferentes animales y plantas que se han adaptado a su
entorno con peculiares características: “Los árboles no tienen hojas porque
hace demasiado calor. Los pájaros tienen pelo en vez de plumas. Las flores
tienen plumas en vez de pétalos y dentro de sus flores había pequeñas caras
sonrientes”. Así describe uno de los hijos de Charles Darwin el escenario
salido de su imaginación.
La historia no forma parte de un
libro de relatos infantiles, sino que se incluye entre las hojas del manuscrito
original de “El origen de las especies” (1859), la obra más conocida del
científico inglés.
Cortesía
del Museo de Historia Natural de Nueva York y la Universidad de Cambridge
Gran parte de este y otros trabajos
que Darwin elaboró entre 1835 y 1882 (el tiempo que tardó en dilucidar su
teoría de la evolución) están disponibles en formato digital en la web del
Proyecto de los Manuscritos de Darwin.
La iniciativa, lanzada a finales del
año pasado, es un esfuerzo conjunto del Museo de Historia Natural de Nueva York
y la Universidad de Cambridge, en cuya biblioteca se encuentran los documentos en
papel. Actualmente, la colección digital cuenta con 96.000 páginas, de las 600
que engloban “Sobre el origen de las especies” en su versión original, solo se
conservan 45.
Además del primer garabato
darwiniano del árbol de la vida, el manuscrito alberga en el reverso de algunas
de sus hojas otros bocetos únicos: los de sus hijos. Junto con ellos, en esta
especie de “cara B” infantil se encuentran también historias fantásticas como
la que da comienzo al artículo y que suman un total de 111 imágenes y notas
diseminadas entre los apuntes.
Cortesía
del Museo de Historia Natural de Nueva York y la Universidad de Cambridge
Las pinturas y cuentos corresponden
a principios de la década de 1840. En 1842, seis años después de volver de su
viaje a bordo del HMS Beagle, Darwin se mudaba con su esposa Emma y sus dos
retoños a una casa (conocida como Down House) en la campiña inglesa.
Allí, el naturalista terminó el
libro que ha marcado un antes y un después en la biología: “El origen de las
especies mediante la selección natural, o la preservación de las razas
favorecidas en la lucha de la vida”, como reza el título original. En su nuevo
hogar tuvieron también al resto de su descendencia: Emma dio a luz a diez hijos
en total, aunque solo siete llegaron a la edad adulta.
Por aquel entonces, el papel no era
un bien tan accesible como ahora, así que una vez enviada una copia del
manuscrito a su editor, Darwin convirtió las páginas originales en hojas “en
sucio” donde los pequeños podían pintar a sus anchas.
Cortesía
del Museo de Historia Natural de Nueva York y la Universidad de Cambridge
En la sección dedicada a “La batalla
entre frutas y verduras” se incluyen representaciones de soldados a pie o
cabalgando sobre zanahorias y berenjenas. También trazaban y coloreaban la
silueta de pájaros y mariposas y simpáticos peces con paraguas.
Los dibujos están hechos con
lápices, tinta y acuarelas y representan mundos reales y ficticios, muchas
veces relacionados con el trabajo de su padre. No en vano Darwin les permitía
participar en sus investigaciones, recolectando para él insectos y plantas.
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