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viernes, 8 de noviembre de 2013

Planeta protegido

¿Es razonable preocuparse tanto por que los microorganismos terrestres pisen suelo marciano?


¿Necesita Marte protección contra nuestros microbios? Hasta ahora siempre se había pensado que sí. No en vano, los tratados de las Naciones Unidas sobre el uso del espacio exterior instan a los Estados a evitar «la contaminación dañina del espacio y los cuerpos celestes».

Algunos investigadores, sin embargo, discrepan de lo que consideran un celo excesivo. Argumentan que el planeta rojo bien podría arreglárselas solo sin necesidad de una normativa demasiado estricta que, en su opinión, obstaculiza numerosas investigaciones. Según Alberto G. Fairén, astrobiólogo de la Universidad Cornell, el coste de algunas misiones dedicadas a buscar vida «podría fácilmente llegar a doblarse como consecuencia de las prácticas de protección planetaria».

En un artículo publicado este verano en la revista Nature Geoscience, Fairén y Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad de Washington, sostenían que las precauciones actuales no compensan el esfuerzo ni el gasto que suponen. A fin de cuentas, es probable que a Marte ya hayan llegado bacterias terrestres, bien a bordo de antiguos meteoritos o, más recientemente, en las sondas Viking, de la NASA. Además, si en Marte existiese cualquier forma de vida autóctona, esta se impondría con facilidad a los microbios invasores, no adaptados al entorno marciano.

Con todo, parece poco probable que la NASA cambie su forma de actuar. Catharine Conley, la responsable de protección planetaria de la agencia, lo explica así: «Para estudiar la vida en otros planetas debemos asegurarnos de que no estamos llevando material terrestre con nosotros». De otro modo, señala, se corre el riesgo de confundir los «polizones» con la vida alienígena.

El predecesor de Conley en la NASA, John Rummel, apunta que tanto las simulaciones como los experimentos sugieren que las bacterias procedentes de la Tierra sí podrían sobrevivir en Marte. «No conocemos todo lo que pueden llegar a hacer los organismos terrestres», concluye.

[Fuente]

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