Dientes fósiles de peces recuperados
del fondo del océano alrededor de Tasmania han arrojado nueva luz sobre los
orígenes de la corriente oceánica más importante del mundo: la corriente
circumpolar antártica (ACC).
Este fenómeno es el más grande del
mundo de los océanos. Fluye hacia la derecha alrededor de la Antártida porque
no hay masas de tierra en su camino y juega un papel muy importante en el
mantenimiento de las grandes capas de hielo del continente helado, ya que
mantiene las aguas oceánicas más cálidas a distancia.
Hasta ahora, había partes de esta
corriente que eran conocidas y estudiadas en profundidad por los expertos. Sin
embargo, sus inicios habían sido interpretados con múltiples teorías a lo largo
de los años.
"Tasmania
se separó de la Antártida hace 35 millones de años, creó la Tasmanian Seaway (el
espacio de agua entre ambos) y durante mucho tiempo los científicos han pensado
que la apertura de esta vía marítima activaba el inicio de la ACC, pero hemos
descubierto que no es el caso", ha apuntado el autor principal,
Simon Williams.
Según ha señalado, en esta
investigación ha descubierto que la apertura de la vía marítima de Tasmania,
por sí sola, no fue suficiente como para crear esta corriente. Para moverla fue
necesario que el viento del oeste la llevara hacia el norte, ya que la vía
marítima abierta estaba demasiado al agua a través de la vía marítima, y
"comenzó la corriente oceánica más grande de la Tierra", ha apuntado
el investigador.
Los dientes de fósiles de peces
fósiles de diferentes capas de sedimentos depositados en el fondo del mar han
permitido reconstruir la historia de muchos millones de años de la composición
del agua de mar en los lugares cercanos a Tasmania. Los diferentes océanos
tienen química distinta (isotópicamente hablando) y esta diferencia en el agua
de mar se registra en los dientes de estos animales que se depositan en el
fondo del océano.
Los científicos han explicado en el
trabajo, que ha sido publicado por Nature,
que los isótopos de los dientes conservan la composición del agua de mar en su
momento de la muerte.
Así, los registros muestran cómo
Tasmania formó una barrera entre los océanos Pacífico e Índico, pero a medida
que se separó, el agua de ambos se comenzaron a mezclar, fluyendo primero desde
el Pacífico hacia el Océano Índico, y luego desde el Océano Índico hasta el
Pacífico, como todavía lo hace hoy.
Los expertos recuerdan que estos
cambios en la circulación oceánica están relacionados con el clima global, y
los científicos creen que esto puede haber jugado un papel importante en
hundimiento de dióxido de carbono, lo que lleva a la estabilización del mundo “Nevera”.
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