La tijera corta al papel, el papel
cubre a la piedra y la piedra rompe la tijera. Las reglas las conoce casi todo
el mundo y el juego se emplea –al menos en la infancia– para resolver
innumerables disputas y dirimir competencias.
Y dos matemáticos de la Universidad
de Cornell parecen haber confirmado que algunos importantes rompecabezas de la
evolución también pueden explicarse a partir de las reglas y estrategias de
"Piedra, papel o tijera", reportó recientemente la revista Science.
Un buen recordatorio de que
variantes del popular juego también están presentes en la naturaleza.
Casi todo el mundo conoce las reglas del "Piedra, papel o tijera".
Y en la naturaleza también existen diferentes versiones del juego.
Bacterias y lagartijas
Efectivamente, desde hace ya algunos
años los científicos han encontrado que diferentes cepas de bacterias, que en
principio no podrían convivir entre sí, pueden hacerlo en la práctica gracias a
esta competencia "de a tres".
En su versión de "Piedra, papel
o tijera" cada cepa se encarga de eliminar al enemigo de la otra,
garantizando un equilibro dinámico que permite su coexistencia.
Este es, por ejemplo, el caso de la
Escherichia coli, bacteria que produce y es a la vez sensible a las colicinas,
un tipo de antibiótico de reducido espectro.
Las cepas de la E.coli que producen
colicinas ("piedra"), matan a las cepas sensibles a las mismas
("tijera"), que a su vez son más fuertes que las cepas resistentes
("papel"), que por su parte son capaces de derrotar a las productoras
("piedra").
Diferentes cepas del E.Coli pueden convivir gracias a su eterno juego de "Piedra, papel o tijera"
Y ahí está también el caso de
algunas lagartijas, que compiten entre sí eligiendo entre tres estrategias
diferentes –agresión, cooperación o engaño– para obtener pareja.
Como ocurre con el juego de
"Piedra, papel o tijera", cada una de estas tácticas tiene
garantizada la victoria frente a una de las alternativas y la derrota cuando se
enfrenta a la otra.
Pero, en el caso de algunas
lagartijas, los competidores no necesariamente mantienen una estrategia constante
que en caso de éxito es perpetuada por las crías de los vencedores, como se
asume en el modelo de las bacterias.
Y el trabajo matemático de Steven
Strogatz y Danielle Toupo, del Centro para las Matemáticas Aplicadas de la
Universidad de Cornell, ahora ofrece una explicación para ese comportamiento.
En el caso de las lagartijas de costados manchados el juego se podría llamar "Agresión, cooperación o engaño". Y científicos de California han visto como las estrategias más populares han fluctuado a lo largo de los años.
Buscando una ventaja
Strogatz y Toupo modificaron las
ecuaciones que gobiernan las fluctuaciones de las estrategias en el tiempo para
introducir la posibilidad de "mutantes".
Es decir, jugadores que cambian de
estrategia en pleno juego o de crías que no repiten la estrategia vencedora de
sus progenitores.
Y encontraron que, en el largo
plazo, esto termina provocando un patrón estable en el que cada una de las tres
"armas" gana y pierde popularidad de forma cíclica y progresiva; un
patrón que se repite incuso en especies que tienen niveles de mutación muy
cercanos a cero.
"Nuestra principal conclusión
es que el estado de coexistencia, en el que las tres especies existen en equilibrio,
puede verse desestabilizada por tasas de mutación arbitrariamente
pequeñas", afirman los matemáticos en su estudio "Dinámica no lineal
del juego piedra-papel-tijeras con mutaciones", publicado en la edición de
mayo de la revista Physical Review E.
Y, como explica Science, esto
significa que un poco de mutación evita que el juego derive a una situación en
la que todas las estrategias aparezcan en iguales números –lo que no le daría
la ventaja a ninguna– o que sus proporciones fluctúen locamente.
Un hallazgo, afirma la revista, que
ayuda a entender mejor las estrategias de competencia de los seres vivos en su
lucha por la existencia.
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