El hallazgo de un cráneo fósil aporta nuevos datos sobre la evolución de
los dinosaurios ceratopsidos
Hace aproximadamente 10 años, el
geólogo canadiense Peter Hews encontró algo asomando en un acantilado sobre el
río Oldman, al sudoeste de Alberta, Canadá. Hoy la revista científica Current
Biology publica el estudio acerca de lo que resultó ser un cráneo casi completo
de una nueva e inusual especie de dinosaurio con cuernos, un pariente cercano
del conocido tricerátops. El investigador Caleb Brown del Museo de
Paleontología Royal Tyrrell es el autor de estudio que sale ahora a la luz y
que aporta un nuevo punto de vista acerca de los ceratópsidos, el género de los
dinosaurios cornudos.
“El espécimen fue hallado en una región
de Alberta donde nunca habíamos encontrado dinosaurios astados antes, así que
desde el principio supimos que era un hallazgo importante”, cuenta Brown. “Sin
embargo, no fue hasta que fuimos extrayendo lentamente el espécimen de las
rocas en el laboratorio cuando toda la anatomía del cráneo fue descubierta,
junto con sus extrañas características”, añade.
La clasificación de este grupo de
dinosaurios estaba dividida en dos clases bien distintas: los casmosaurinos,
con dos grandes cuernos sobre los ojos y uno más pequeño sobre el hocico (como
el famoso tricerátops), y los centrosaurinos, con un gran cuerno en el hocico y
dos muy pequeños sobre los ojos y que, además, se extinguieron antes que los
casmosaurinos. Lo que hace que este nuevo especímen sea relevante es que, pese
a mostrar la configuración craneal de un tricerátops, presenta una
ornamentación y una cornamenta atípicos. El dinosaurio tiene dos cuernos
“prácticamente cómicos”, de ahí que los científicos lo apoden Hellboy, como un
conocido y diabólico personaje de cómic. Además, presenta una espectacular
corona de huesos con forma de diamante en la parte superior del cráneo y un
solo cuerno grande sobre la nariz. Vivió en el Cretácio tardio, hace 70
millones de años.
“Curiosamente, ese tipo de configuración
craneal 'estaba libre' porque los centrosaurinos desaparecieron poco tiempo
antes”, aclara el paleontólogo Luis Alcalá, director gerente de la Fundación
Conjunto Arqueológico de Teruel-Dinópolis. “Es decir, la investigación
realizada modifica el escenario propuesto hasta ahora para la ornamentación de
los dinosaurios con cuernos y supone la constatación de una convergencia
evolutiva inesperada”.
Recreación artística del 'Regaliceratops peterhewsi'. / JULIUS T. CSOTONYI
“Cuando los dinosaurios astados
fueron encontrados por primera vez se sugirió que los cuernos y la cresta eran
usados como defensa, y todos hemos visto ilustraciones de batallas entre
tricerátops y T-Rex”, apunta Brown. Pero “a medida que más especies han ido
apareciendo parece más evidente otra función aparte de la defensiva",
añade. Hay un debate actualmente entre los paleontólogos acerca de si fue el
reconocimiento entre especies, o quizá la selección sexual, la impulsora de
semejante variedad de ornamentaciones.
Parte de la comunidad científica
defiende que se trata del más antiguo y claro ejemplo de selección sexual en
dinosaurios, frente a los que piensan que se trataba de características que
ayudaban a los animales a distinguirse entre sí y de otras especies similares.
“Es probable que los cuernos y la cresta tuviesen más de una función y aunque
la evolución de estas características fuera conducida por la apariencia, es
probable que, si se hubiesen visto obligados, los usaran también como defensa”,
concluye Brown. El científico, por cierto, utiliza el estudio para declararse a
Lorna O'Brien, otra investigadora del mismo museo (que ha aceptado la
proposición).
Caleb Brown y el coautor del estudio
Donald Henderson, investigador del mismo centro, han nombrado oficialmente al
nuevo dinosaurio Regaliceratops peterhewsi, en referencia a la cresta en forma
de corona del animal, además del nombre de su descubridor. Ambos admiten, sin
embargo, preferir el mote de Hellboy.
Enlace
al trabajo
Caleb M. Brown, Donald M. Henderson
Fuente
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