Las avispas de las agallas
representan una de las interacciones planta-insecto más interesante de las que
se producen en la naturaleza, ya que estos insectos son capaces de manipular la
genética y la fisiología de la planta en su propio beneficio. Un equipo de
científicos ha descubierto nuevos datos de la historia evolutiva de esta
especie.
Agalla de Andricus kollari
mostrando en su interior larvas inquilinas de una especie de Synergus,
perteneciente al principal linajes de
inquilinos en agallas de cinípidos de los robles.
José Luis Nieves-Aldrey
Un equipo internacional, con
participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), ha
presentado el primer estudio integral de las relaciones filogenéticas o de
parentesco de las avispas de las agallas, es decir, de los insectos
himenópteros de la familia Cynipidae. Esta clasificación revisada divide la
familia en 12 tribus de las cuales cuatro se proponen como nuevas: Aulacideini, Phanacidini, Diastrophini
y Ceroptresini.
Los datos se han obtenido mediante
el estudio morfológico y molecular de más de 100 especies de cinípidos de todo
el mundo que representan todos los linajes conocidos y la mayoría de los
géneros de la familia.
Una avispa de las agallas de los
robles en el momento de
depositar sus huevos en una yema de roble. /MNCN
Las avispas de las agallas
representan una de las interacciones planta-insecto más interesantes de las que
se producen en la naturaleza, ya que estos insectos son capaces de manipular la
genética y la fisiología de la planta en su propio beneficio.
Dentro de las agallas viven
asociadas microcomunidades de insectos integradas por especies inquilinas
parasitoides y sucesores formando redes tróficas complejas. Estas avispas y sus
comunidades asociadas pertenecen al orden de los himenópteros, uno de los
cuatro grandes grupos hiperdiversos de insectos, que agrupa más de 200.000
especies entre las que se encuentran hormigas, abejorros o abejas entre otros.
Agallas de cinípidos en quejigo
(Quercus faginea). Obsérvense las bellotas al lado de las agallas que muchas
veces son confundidas con frutos. / MNCN
“Gracias
a esta investigación hemos podido confirmar que los cinípidos, o avispas de las
agallas, son muy conservadores en la elección de sus plantas hospedadoras y que
la expansión de sus linajes asociada a plantas herbáceas se ha producido de manera repetida sobre
diferentes grupos de plantas no relacionadas entre sí”, explica
José Luis Nieves-Aldrey, investigador del MNCN.
Algunas especies de avispas de las
agallas tienen mucha relevancia agroforestal ya que pueden atacar distintos
árboles de la familia de las fagáceas, como las
encinas, los alcornoques y los robles. De hecho, la avispita del
castaño, Dryocosmus kuriphilus, una
especie invasora de reciente introducción en España, se ha convertido en una
importante plaga para la producción del fruto de este árbol.
“Conocer
mejor las interacciones de estos insectos con las plantas puede ayudar a
mejorar el tratamiento de este tipo de plagas”, comenta
Nieves-Aldrey.
Una
sorprendente teoría evolutiva
Los resultados del estudio refutan
algunas de las hipótesis evolutivas previas, basadas solo en datos
morfológicos, que se manejaban respecto a la evolución de este grupo de
insectos.
Hasta ahora se asumía que el origen
de las avispas de las agallas estaba en el hemisferio norte y que, partiendo de
la inducción de agallas en plantas herbáceas, se extendieron rápidamente a
plantas leñosas y árboles, fundamentalmente fagáceas del género Quercus.
Agalla de Diastrophus rubi en
los tallos de la zarzamora (Rubus spp.). / MNCN
“Nuestros
resultados sugieren un escenario diferente, más complejo, en el que las
primeras avispas de las agallas estuvieron asociadas con plantas leñosas del
hemisferio sur a la vez que se encuentran evidencias de un posible origen
múltiple de los cinípidos inductores de agallas”, aclara el
investigador.
En cuanto a los grupos de cinípidos
inquilinos que viven en las agallas, las teorías previas apuntaban a que se
trataba de un grupo monofilético (especies cuyos miembros descienden de una
misma especie troncal compartida exclusivamente por ellos) que habrían surgido
a partir de los verdaderos inductores de agallas tras perder la facultad de
inducirlas por sí mismos. Los resultados del estudio apuntan, por el
contrario, a un origen múltiple,
polifilético, de los inquilinos.
“Una
interesante hipótesis que se deriva del estudio es que la facultad de inducción
de las agallas pudo surgir en los cinípidos a partir de distintos linajes de
inquilinos en agallas de otros himenópteros, de lo que encontramos ejemplos
actuales en los bosques de Nothofagus del sur de Chile”,
apunta José Luis Nieves-Aldrey.
“Las
relaciones de las diferentes tribus de cinípidos no han quedado completamente
resueltas en el análisis, por lo que la cuestión del origen y evolución
ancestral de este grupo de insectos inductores de agallas tiene aún muchos
puntos oscuros que se irán dilucidando a medida que hagamos análisis más
profundos, algunos de los cuales están ya en marcha”, concluye
Nieves Aldrey.
Referencia
- Ronquist, F., Nieves-Aldrey, J.L., Buffington, M.L., Liu, Z., Liljeblad, J. y Nylander, J.A.A. (2015) Phylogeny,Evolution and Classification of Gall Wasps: The Plot Thickens,PLOS one. DOI: 10.1371/journal.pone.0123301
No hay comentarios:
Publicar un comentario