por Cristina Espinoza (La Tercera)
Estudio concluye que existen
diferencias genéticas entre poblaciones de la zona central con las de zona sur.
Cephalorhynchus eutropia (Fuente CMS)
El delfín chileno (Cephalorhynchus
eutropia), delfín negro o tonina es una especie endémica, poco estudiada y
vulnerable. Habita entre Valparaíso y la isla Navarino (Región de Magallanes),
y su clasificación de riesgo de extinción se ha hecho separando a los que viven
desde la Región de Los Lagos al norte y de ahí al sur. Los primeros están
vulnerables y en el sur casi amenazados.
Ahora un estudio logró determinar
que esa separación no es aleatoria, sino que tienen diferencias genéticas.
María José Pérez, investigadora
postdoctoral de la U. de Chile y del Centro de Investigación Eutropia (dedicada
a estudiar los mamíferos marinos nativos), realizó un análisis genético a
delfines de ocho localidades de la costa chilena. Su trabajo arrojó que no hay
intercambio genético actual entre poblaciones y que se estarían diferenciando.
“A la luz de esta información existe
una población desde Puerto Montt hacia el norte y otra desde Puerto Montt hacia
el sur, lo que es bastante impresionante para un delfín que tiene la capacidad
móvil de cruzar el canal de Chacao y, por tanto, el quiebre poblacional no
debería ser tan abrupto. Pero los resultados son reveladores, avalan una
marcada estructura poblacional, formándose dos poblaciones”, dice Pérez.
Esa diferencia también se da en
términos morfológicos, “es decir, podríamos pensar que cada población ya se
estuviese adaptando al ambiente donde habita -diferencias en el cráneo por
ejemplo-, lo que a largo plazo contribuye a la diferenciación entre ellas”,
agrega la bióloga marina. “Se encontraron diferencias en tamaño de estructuras funcionales de los
cráneos entre la zona norte y la zona sur, lo que quiere decir que esto
apoyaría que los delfines de cada lado se estarían adaptando a las condiciones
del ambiente donde se encuentran”, asegura.
Es el primer estudio que muestra una
visión integral del delfín chileno y contribuye con información necesaria para
definir estrategias de conservación para la especie.
“Se identifican dos unidades
poblacionales para el delfín chileno, dos unidades que deben ser tratadas como
independientes desde el punto de vista de conservación. Cada una debe responder
a planes de manejo diseñados de acuerdo a las exigencias y características de
la zona, no como una sola población”, sostiene.
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