El estudio comparativo de las articulaciones de dinosaurios fósiles y caimanes
actuales indica el modo en que se produjo esa transición.
Todos los dinosaurios saltaban,
caminaban o se movían pesadamente sobre las dos patas traseras. Pero en
ocasiones algunos descansaban o corrían con las cuatro para lograr una mayor
estabilidad. Con el tiempo ese rasgo evolucionó y los dinosaurios se
convirtieron en cuadrúpedos. Durante la transición, las extremidades delanteras
se mantuvieron más cortas que las posteriores, lo que llevó a plantear la
cuestión de cómo compensarían la postura inclinada con sus miembros rechonchos.
¿Caminarían sobre sus “dedos” o sobre sus palmas? Una nueva investigación
sugiere que lo hicieron sobre estas últimas: algunos dinosaurios primitivos y
sus parientes próximos se habrían apoyado directamente sobre sus palmas
delanteras.
Los caimanes realizan una hiperextensión de sus dígitos
cuando caminan con el cuerpo levantado. [ISTOCKPHOTO]
Los dinosaurios se hallaban
estrechamente emparentados con los antepasados de los caimanes y, por lo tanto,
compartían muchas características estructurales con ellos. Ello llevó al
biólogo Joel Hutson y a la geóloga Kelda Hutson a comparar la mecánica de las
extremidades anteriores de los caimanes con la de fósiles de Postosuchus
(pariente de los primeros dinosaurios y antepasado de caimanes y cocodrilos)
para conocer mejor su movilidad articular.
Midieron el movimiento de cada
articulación en especímenes de caimanes en distintos estados: inalterados, sin
escamas, sin músculos ni tendones, sin ligamentos y, por último, sin cartílago.
El equipo comprobó que, en los especímenes que presentaban un contacto directo
entre huesos, la capacidad de extensión se igualaba a la de los fósiles.
También verificaron que, con el cartílago en su lugar, los dígitos del caimán
se hiperextendían fácilmente hacia atrás, lo que sugiere que Postosuchus
exhibiría también esa capacidad. Por consiguiente, quizás los dinosaurios que
realizaron la transición desde el bipedismo también caminaron de ese modo
(sobre las palmas y con los dedos hiperextendidos). Los resultados se
publicaron en línea el pasado marzo en la revista Journal of Zoology.
Las comparaciones de la amplitud de
movimiento entre fósiles de dinosaurios y tejido fresco inalterado se han
realizado en muy pocas ocasiones, según Mason Meers, biólogo de la Universidad
de Tampa que investiga la evolución de la locomoción de los cocodrilos. «Esa
labor lleva cien años de retraso», añade. Y aunque el estudio es reducido, en
opinión de Joel Hutson, los resultados arrojan más luz sobre el modo extraño en
que se desplazarían los primitivos dinosaurios. Por ejemplo, en el proceso de
desarrollar cuatro patas dedicadas a la locomoción, estos podrían haber
utilizado sus muñecas y palmas como si se tratara de zancos.
Más información
Fuentes
- Sarah Lewin / Scientific American
- Investigación y Ciencia
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